Cuando pensamos en la alta cocina, a menudo imaginamos un entorno formal con reglas estrictas y etiqueta rigurosa. Sin embargo, en Nudo Negro, el restaurante del chef Daniel Ovadía, todo eso queda atrás. Aquí, lo único que importa es disfrutar, experimentar y dejarse llevar por una verdadera montaña rusa de sabores.
Una Fusión Sorprendente
En Nudo Negro, los platillos están diseñados para compartirse, permitiendo a los comensales degustar una amplia variedad de creaciones donde destaca una fusión de sabores, técnicas y experiencias. Este restaurante no sigue las reglas tradicionales: se puede comer con las manos, palillos o cubiertos, dejando que cada comensal elija cómo disfrutar su comida. La idea es simple pero poderosa: romper barreras y convertir cada comida en una experiencia única.
Una Bitácora de Viaje a Través del Sabor
Cada plato en Nudo Negro es una parada en el viaje culinario del chef Ovadía y su equipo. La influencia de sus travesías por diferentes cocinas del mundo se refleja en las combinaciones inesperadas de ingredientes y técnicas. Por ejemplo, las arepas doradas, elaboradas con harina de trigo y rellenas de estofado de res al wok, acompañadas de aros de cebolla morada crujiente y lechuga, son una muestra de cómo este restaurante desafía las convenciones culinarias.
Otros ejemplos incluyen:
- Dumpling de birria de res: Rábano sandía en encurtido de chipotle, jengibre, rabo de cebolla y cilantrillo.
- Dumpling de pato: Lima kaffir, leche de almendra, aceite de avellana, ejotes, setas y chile ahumado.
- Dumplings de esquites coreanos: Granos de maíz, kimchi, caldo agripicante, mantequilla y epazote.
- Dumplings de pozole: Carne de cerdo, lechuga con vinagre de chipotle, tortilla frita, rábano y crema de rancho.